“Una sociedad organizada en función de la ley del valor, mercantiliza las relaciones humanas y transforma al individuo mismo en mera mercancía. Esto ya sería suficiente para deslegitimar al sistema capitalista. Pero hay otra razón, más poderosa para quien crea que la alienación y la consecuente degradación de la condición humana no es causa suficiente para abolir el sistema: su ineluctable culminación en el abismo de la crisis y la violencia (como ocurre precisamente en este periodo histórico en la economía y la política mundiales, con EEUU a la vanguardia en la carrera hacia el colapso).
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La noción de revolución no tiene asidero si además de lograr el crecimiento del producido y de distribuirlo con justicia, no avanza simultáneamente en la transformación del modo en que el individuo trabaja y la manera en que se relaciona con los demás seres humanos y con la naturaleza.
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Las masas explotadas y oprimidas no se rebelan o dejan de hacerlo por postulados teóricos. No pueden negar la realidad que los ahoga”.
Luis Bilbao, Venezuela en Revolución: Renacimiento del socialismo, Ed. Le Monde Diplomatique.
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