Poesía otoñal | 7

Conozco a todas las personas
que viajan conmigo en subte
en la misma hora, en el mismo tren.
 
Conozco a cada una de ellas
(a las trescientas treinta y tres)
y ellas no me conocen a mí.

Las veo y ya las saco:
en dónde trabajan
qué piensan del país, de Cristina
de Macri, o del grupo Clarín.

Ellas creen que van solas
camino al trabajo o a quién sabe qué
pero van conmigo, yo voy con ellas
no están solas, yo las miro
y puedo sentir amor.
 
Conozco a todas las personas
que viajan conmigo en el subte
y no habemos una normal;
está, por ejemplo, el tipo que toca bocina
para abrirse paso en la muchedumbre
y dice: pipi, pi-pi. 
Y si nadie le prestó la más mínima atención
el tipo insiste: pipi, pipi… piiiiiiiip, piiiiiiip,
hasta que con toda sensatez alguien
lo mira de los pies a la cabeza
y le abre camino
y el hombre de la bocina pasa muy tranquilamente
con toda seriedad.

Conozco a cada una de ellas;
un día las voy a invitar a cenar.

Nota: evidentemente la obra perdió la rima al ser traducida, ya que el manuscrito original lo escribí en francés, pero lo publico en español para que en Francia no lo puedan leer (salvo los que allí dominen nuestro idioma).

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