Poesía invernal | 1

Cómo me gusta tu ruidito en los teclados
tu perfume a miel y bienvenida

tus impulsos nerviosos
tus dientes apretados cuando sopla el viento.

Como me gustan tus músicas
y tus caprichos

tus “no sé qué quiero ni con quién”
tu desinterés tan mal actuado.

Me gustan tus cueros suaves
delicados al sol

tus ruiditos en el teclado
tu piel de gallina, tus mamarrachos.

Me vence tu incalculable mirada tierna
y tu tristeza sublingual

que habrá que sanar con alegrías
borrachas de versos y pasiones mías. 

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